Después del chasco personal que ha sido toda la experiencia Traveller/Asentamiento aún estoy recomponiéndome.
Por mucho que uno sepa que estas cosas pasan, y que de hecho me han pasado más de una vez, no quita que el palo sea el mismo, como mucho te hace recuperarte antes. Antes no es rápido, es antes.
Sí que es verdad que una de las cuestiones que han hecho que todo el proceso sea, ¿cómo decirlo?, más doloroso, ha sido que hemos jugado poco, hemos hecho muchas fichas, hemos medio leído muchos sistemas y hemos discutido mucho sobre lo que íbamos a hacer con todo ello. Añadid a eso la incorporación de un nuevo jugador a la mesa (que nunca es fácil, ni para el que llega, ni para los que están) y que entre pitos y flautas, jugar, lo que es jugar, no hemos jugado prácticamente nada.
Me corrijo. Ha sido peor. Dirigí la introducción a la campaña con CdBE y gustó mucho a los jugadores. Es muchísimo peor.
Así que, como dije en la entrada anterior, ahora mismo todo eso está fuera de plano. Lo que he hecho ha sido ponerme a dirigir Mutant: Year Zero. Ya vamos por la tercera partida y, entre una cosa y otra, a pesar de que estoy un poco torpe dirigiendo por lo que ha pasado y por cuestiones personales, la partida está saliendo adelante. El sistema no es que haya sido la revolución en la mesa, pero ha gustado lo suficiente como para seguir jugando.
Lo que parece que lo va a petar en la mesa va a ser Ars Magica 5ª. Me está costando la vida digerirlo. A muchos niveles. Tanto por la premisa del juego, como los distintos niveles en los que se desarrollan las historias. Las reglas son engañosamente sencillas, con multidud de casos particulares y tablas que consultar y condiciones específicas que recordar… y luego está el hecho de que es uno de esos juegos de rol que se lucen con unos buenos PNJs, algo que nunca es fácil conseguir.
En fin, al menos, como se suele decir, vamos tirando.