Cambios antes de empezar

Todavía no ha empezado la campaña y ya he cambiado un montón de cosas.

Uno de mis jugadores está a punto de ser padre y va a ausentarse una larga temporada de las partidas. Igual vuelve antes de lo que él mismo se piensa, igual es para cosas muy puntuales, pero como todo, aún está por ver. Por ahora es alguien con quien ya no cuento pero que sí le guardo un hueco en la mesa, y más porque sacie el mono de rol que otra cosa.

A otro le he pedido que se ausente durante un tiempo ya que no terminábamos de conectar desde hacía un tiempo. Yo cada vez exijo más participación a mis jugadores y una mayor implicación en las partidas y él… pues tenía sus propias movidas (real life y tal) que, para mí, lo apartaban de la partida el rato que quedábamos.

Y bueno, ya de traca es que estoy buscando alguien para que se apunte a nuestras sesiones. Tengo un compi que igual se apunta con su novia a principios de febrero (la campaña no arrancará hasta el 17 de febrero), pero creo que necesito a alguien más. Liñán y Víctor no siempre van a poder asistir y eso me deja sin quorum.

Íbamos a jugar a Traveller (como comenté en la anterior entrada), pero al final (bueno, “al final” es mucho decir) se me ha cruzado el CdB Engine y, simplemente, no hay color. Es el sistema que necesito para lo que quiero hacer. Igual tiene sus cosas que tal y cual, pero de eso ya hablaré más adelante cuando lo tenga todo más estudiado.

Y hoy ya lo que me estoy planteando directamente es olvidarme literalmente de toda la ambientación del Tercer Imperio. Partir del Path of Tears y el World Tamer’s Handbook, adaptar las cosas que necesite a CdBe y alterar lo que no me cuadre o lo que me permita introducir elementos que considere interesantes en la campaña (de la cual, por cierto, no he hablado).

Si voy a jugar en un momento en el que sólo hay 20 sistemas, ¿necesito cosas como el UWP? ¿Y los motores de salto? Quizás hay tecnologías más interesantes que explorar incluso manteniendo (si fuera necesario) los tiempos de viaje. Y así, con un montón de cosas más.

Liñán me diría: “sí, pero es más curro para ti”. Todavía no sé si eso es algo que me gusta o que no.